Javier tuvo un accidente de moto y desde entonces va en silla de ruedas y luchando por los derechos y la dignidad de las personas "diversas". Desde que se presentó el libro "Anizeto Calzeta y El Misterio de los Fantasmas Solitarios" tenía pendiente una charla con él y aquí os la resumo.
- Javier, ¿podrías ayudarme a explicar a mis amigos por qué las cosas son más chulas si las ves desde una silla de ruedas?
Desde la silla de ruedas lo ves todo desde más abajo y así puedes ver cosas que los mayores no ven, porque te habrás dado cuenta que siempre van derechos y muy altos. Ellos se han olvidado de lo chulas que son las cosas que vemos los niños y los que vamos en silla de ruedas.
- Habrás visto que en mi blog hablo muchas veces de personas “diversas” o de “diversidad funcional”, y esto es algo que inventaste tú. ¿Cómo lo explicarías de forma sencilla?
Las palabras son importantes porque definen las cosas. No es lo mismo decir que una cosa es chula que decir que una cosa es fea. A las personas como tú y como yo siempre nos han tratado como enfermos, discapacitados, minusválidos… y todas son palabras feas. Pero no somos enfermos, ni discapacitados, ni minusválidos. Simplemente somos personas diferentes. Funcionamos de otra manera. Ellos se desplazan caminando, tú y yo nos desplazamos en silla de ruedas. Igual que hicimos todos cuando éramos bebés. Si un bebé se desplaza en silla de ruedas y yo también, significa que no me pasa nada raro. Por eso hablamos de diversidad funcional o diferencia en la manera de hacer las cosas. A mí me parecen chulas las palabras “diversidad funcional".
- Oye, si vas por una acera a toda velocidad, como a mí me gusta ir, y te topas con un bordillo, ¿qué haces?
Antes, cuando me encontraba con un bordillo pensaba que no podía pasar porque iba en silla de ruedas. Ahora pienso que no debería haber bordillos, ya que todos paseamos por las ciudades. Cuando me encuentro un bordillo que no está rebajado, lo que hago es buscar una entrada de garaje. Si te fijas, los coches siempre tienen rebajes para entrar en los garajes. Lo que no entiendo es por qué las personas no tenemos siempre los bordillos rebajados. Todos hemos sido bebés y por lo tanto todos necesitamos alguna vez el rebaje de los bordillos.
- Últimamente la gente y sobre todo los medios están comenzando a pedir que Internet se considere un derecho humano. Por mí encantada, ya sabes que soy una chiflada de Internet, pero, ¿no hay otros derechos por los que luchar antes?, ¿qué hay de nuestros derechos?
Bueno, yo creo que Internet es muy importante, pero claro, es más importante poder entrar en las cafeterías y en los sitios públicos para poder usar Internet, poder tener ayuda para levantarse todas las mañanas, poder entrar coger los autobuses, y más cosas. Además es muy importante que Internet lo puedan usar todas las personas con diversidad funcional y las personas de todas las edades, de todos los países, etc.
- ¿Crees que somos diferentes?
Todos los seres humanos somos diferentes los unos de los otros y esa diversidad es la que hace de la raza humana algo especial. Lo que pasa es que no sabemos apreciar la diferencia y nos empeñamos en tratar peor a la gente que es más diferente y no dejarle entrar a los sitios para estar con nosotros.
- Además de tu profesión como Ingeniero informático trabajas mucho en el Foro de Vida de Independiente, ¿qué hacéis en él?
En el Foro de Vida Independiente y Divertad somos muchas personas relacionadas con la diversidad funcional que luchamos por ser tratados como iguales a pesar de ser diferentes. No es tan fácil conseguir que los adultos entiendan que a Ruedas no le pasa nada malo; que sencillamente es una niña diferente. Los adultos son mucho menos listos que los niños y hay que trabajar mucho para convencerles.
- En mi cole somos tres niños en sillas de ruedas estoy harta de que no nos adapten las mesas en clase, ¿qué hago?
Dile a tus padres que se pongan en contacto con el Foro de Vida Independiente y Divertad y nosotros les ayudaremos a conseguir que tengáis la mesa que necesitéis. Le educación debe adaptarse a los alumnos y sus diferencias.
- Mucha gente le dice a mi madre que “vaya pena tener una hija discapacitada” pero el caso es que yo no siento que esté menos capacitada que otros para hacer las cosas. Y tampoco creo que sea tanta pena, ¿no?
Los mayores están acostumbrados a pensar que estás enferma por ir en silla de ruedas y que es mejor que te cures; por eso sienten pena. Les cuesta mucho entender que no te pasa nada y que el hecho de que seas diferente es bueno para todos; y también les cuesta entender que siendo diferente eres capaz de hacer muchísimas cosas. Ni a ti ni a mí nos da pena ser como somos; son ellos los que están equivocados. Pero ya sabes que los padres no entienden muchas cosas.
- ¿Crees que es justo que midamos a las personas por su capacidad?
Si midiéramos a las personas por su capacidad, todos nuestros abuelos y todos nuestros bebés no valdrían nada y serían un estorbo. Por eso es un error medir y querer sólo a las personas capaces. Tenemos que aprender a disfrutar de la diferencia y de la fragilidad de cada uno de nosotros y así, en nuestra fragilidad, seremos más fuertes juntos.
- Yo estoy orgullosa de ser “diversa”, ¿y tú?, ¿y el resto de los “diversos”?
A mí, como soy más mayor que tú y llevo menos tiempo en silla de ruedas me ha costado muchos años llegar a estar orgulloso de ir en silla de ruedas. Pero ahora creo que la silla de ruedas es lo mejor que me ha pasado en la vida y que me ha dado la oportunidad de estar orgulloso de ser yo, con mi silla, con todo lo que soy.
- ¿Sabes? A mí de mayor me gustaría ser arquitecta porque creo que el mundo está mal hecho, ¿no te parece?
Pues me parece estupendo. Serás una excelente y famosa arquitecta, porque tendrás experiencia en cosas que los demás arquitectos no tienen. Pero ya puedes empezar hoy a hablar con todos los niños y niñas de tu clase y decirles a sus padres arquitectos que si no hacen las cosas accesibles tú no podrás ir a los cumpleaños y a las fiestas de tus amigos, y ellos se perderán todo lo bueno que tienes tú. Además, si no hay escalones, los bebés, las bicicletas, las personas que caminan, o sea, todo el mundo puede entrar en las casas. Poner escalones es una cosa tonta que demuestra lo poco que saben los arquitectos.
Cuánta verdad y qué bien se explica Romañach...
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